Seguridad salud trabajo

Cuidado con el trabajo y las altas temperaturas

La exposición a altas temperaturas afecta al rendimiento laboral y la capacidad de respuesta de las personas

 

Durante los meses de verano las temperaturas pueden llegar a subir hasta los 40 ºC, esta condición climatológica no impide que las personas debamos seguir acudiendo a nuestros puestos de trabajo. Eso supone empezar la “batalla” de los aires acondicionados en las oficinas y establecimientos, y el calvario de aquellos quienes trabajan al aire libre.

El Real Decreto 468/1997 que recoge las disposiciones mínimas de Seguridad y Salud en los lugares de trabajo, de acuerdo con el Convenio nº148 de la OIT, relativo al medio ambiente de trabajo, establece en su Anexo III que “la temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre 17 y 27 ºC”. Mientras que en “los locales donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25 ºC”.

Pero ¿qué pasa con aquellas personas que desempeñan sus labores a la intemperie? Lamentablemente, todavía no hay una normativa legal que establezca unos mínimos y máximos pero sí que hay protocolos a seguir y precauciones de las que se debe informar a los trabajadores. Hablamos entonces del estrés térmico por calor, es decir, la carga de calor que soportan y acumulan los trabajadores y que es el resultado de la interacción de distintos factores: las condiciones ambientales del lugar, la actividad física que realizan y la ropa o equipación que llevan.

Cuando estamos expuestos a temperaturas por encima de los 33 ºC, la sudoración y los mecanismos corporales para regular la temperatura no son suficientes. Nuestro cuerpo reacciona con síntomas como la fatiga, calambres musculares, dolor de cabeza, mareos o vértigo, sequedad de la piel, náuseas, etc. Estos signos pueden indicar deshidratación y ser el preludio de un golpe de calor.

¿Qué hábitos debemos adoptar frente a las altas temperaturas?

Antes que nada se deberá realizar un análisis del nivel de estrés térmico por calor que comporta realizar las tareas en cuestión. Después, como siempre, informar y formar a los trabajadores de los riesgos y precauciones a tener en cuenta. Algunas de las pautas son:

  • Beber agua fresca con frecuencia aunque no se tenga sed. Las empresas deben facilitar el acceso al agua.
  • Vestir ropa ligera, amplia, transpirable y de colores claros
  • Cubrirse la cabeza del sol y proteger la piel expuesta con crema solar
  • Intentar trabajar en la sombra en cuanto sea posible o instalar áreas de descanso a refugio del sol
  • Evitar las bebidas alcohólicas, el tabaco y las comidas copiosas
  • Dormir y descansar adecuadamente
  • Realizar las tareas que requieran un mayor esfuerzo durante las horas más frescas del día
  • No aumentar el ritmo para intentar finalizar antes. Distribuir el volumen de trabajo e incorporar ciclos de trabajo-descanso
  • Conocer los síntomas del golpe de calor y acudir al médico ante los primeros indicios

 

Las personas son el activo más importante de una organización, la figura esencial a proteger. Hay que conseguir entornos de trabajo adecuados, confortables, sanos, en los que la persona se sienta a gusto. Este es uno de los pilares de la Empresa Saludable que defendemos en nuestra Cultura 5Z.

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