IMPRUDENCIA DE LA SEMANA: RIESGO ELÉCTRICO
A menudo nos olvidamos que la corriente eléctrica comporta un determinado riesgo que no hay que menospreciar
Aunque la electricidad no es una de las causas más frecuentes de accidentes laborales, suponiendo un 2%, éstos suelen ser muy graves. De hecho, del 4% al 8% de los accidentes de trabajo mortales son electrocuciones.
¿Cuándo se presenta un riesgo eléctrico? Se da en aquellas tareas que impliquen actuaciones sobre instalaciones y máquinas eléctricas, así como cuando se usan aparatos eléctricos en entornos para los cuales no han sido diseñados.
En la imagen, vemos a un trabajador subido en un poste eléctrico, éste no está utilizando ningún tipo de sujeción para trabajos en altura.
Se encuentra a unos 6 metros de altura, por lo que el riesgo de caída está presente y puede conllevar graves consecuencias e incluso la muerte si se llega a materializar.
Desde la óptica preventiva, insistimos en que el trabajador debería usar los equipos de protección individual. Aunque no es el reglamentario, vemos que al menos el operario lleva un casco que le sirve como protección contra contactos eléctricos, choques o impactos.
Además, el trabajador deberá llevar guantes de material aislante, protegiéndose así de riesgos asociados a los contactos con corriente. Aunque la ropa de trabajo en sí misma no se considera un equipo de protección individual, lo será siempre que proteja de los riesgos a los que está expuesto.
En este caso, usa ropa normal sin resistencia a las llamas ni al arco eléctrico por lo que si existiera algún tipo de chispa no tendría ningún tipo de protección para el cuerpo. Uno de los equipos de protección individual que debería utiliza es el arnés y elementos auxiliares, así como líneas de vida.
Para garantizar la protección de la salud y seguridad de los trabajadores, el tipo de instalación eléctrica y las características de sus componentes deberán adaptarse a las condiciones específicas del propio lugar, de la actividad desarrollada en él y de los equipos eléctricos.
Las instalaciones eléctricas se utilizarán y mantendrán en la forma adecuada y el funcionamiento de ésta se controlará periódicamente, de acuerdo a las instrucciones de sus fabricantes e instaladores.
En cualquier caso, las instalaciones eléctricas, así como su uso y mantenimiento, deberán cumplir lo establecido en la reglamentación eléctrica, la normativa general de seguridad y salud sobre lugares de trabajo, equipos de trabajo y señalización en el trabajo, así como cualquier otra normativa específica que sea de aplicación.
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