LA BRECHA DE GÉNERO TAMBIÉN AFECTA A LA SALUD
La brecha de género no solo afecta en términos económicos a las mujeres, sino también en la salud
El estudio reciente de ClosinGap Women for Healthy Economy nace con el objetivo de analizar el coste de oportunidad que tiene para la economía y la salud la persistencia de desigualdades.
¿A qué llamamos brecha de género? Es la diferencia entre las tasas masculina y femenina en la categoría de una variable. Cuanto mayor es la brecha, mayor son las diferencias entre varones y mujeres. Cuanto menor es la brecha, más cerca estamos de la igualdad.
Dentro de las variables que forman esta brecha de género está el salario, los cuales en España siguen siendo inferiores a los de los hombres, donde éstas ganan un 14,9% menos que ellos según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo.
Según los datos de la OIT en España la brecha de género es alta pero no se ha encontrado un factor objetivo para ello, por lo cual se cree que la discriminación por maternidad es un factor muy importante.
España se encuentra entre los 25 países mejor situados, se encuentra en la posición 24 de los 144 estudiados, que estima que nuestro país ha sido capaz de cerrar hasta el momento cerca de un 75% de su brecha de género.
La brecha de género no solo afecta en términos económicos, sino también en la salud de las mujeres. El deterioro de la salud reduce la capacidad de generación de ingresos, produce costes y repercute, entre otros, en la calidad del capital humano y en la productividad. Además, limita el potencial de crecimiento personal.
En lo relativo a hábitos y estilos de vida se observa mayor prevalencia de consumo de tabaco y alcohol en hombres, aunque la incidencia está aumentando en mujeres. Además, se detecta mayor obesidad y sobrepeso en hombres, menor actividad física en mujeres y mayor índice de accidentes domésticos en mujeres frente a accidentes laborales.
Finalmente, uno de los condicionantes de la salud asociado en parte a los estereotipos sociales de género hace referencia a los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia, enfermedades que afectan más a las mujeres.
Por otro lado, en España 4,3 millones de personas declaran hacerse cargo de los cuidados de personas mayores y enfermas crónicas de forma no profesional. El 59% son mujeres y dedican a este fin el 62% de las horas totales declaradas, lo que supone 1.800 millones al año.
El estudio demuestra además que los cuidados a mayores incrementan en 3,4 puntos adicionales la probabilidad de sufrir depresión en las mujeres.
No Comments